NJ y la nación en sintonía con Los Sopranos

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Si el destino de Tony Soprano fuera una cuestión democrática, es posible que viviera para contar más historias. Según una encuesta de opinión que llevó a cabo PublicMind de la Universidad de Fairleigh Dickinson, los residentes de New Jersey que miran esta serie están perfectamente en sintonía con los televidentes de otros estados, y prefieren que Tony sobreviva en el último episodio de la serie televisiva. Por un margen 2 a 1 en New Jersey (43%-21%), así como en el resto del país (40%-21%), los seguidores de Soprano le dan el visto bueno a Tony. Y los que han mirado muchos episodios son doblemente propensos a preferir que él viva que los televidentes que miran la serie de vez en cuando — aunque no están de acuerdo sobre la forma en que debería vivir y las opiniones están divididas entre que continúe siendo un gángster, vaya a cárcel, se vuelva honesto y otras ideas.

New Jersey mira Los Sopranos más a menudo que el resto del país: tres de cada cinco personas (60%) dicen que han mirado la serie, pero tres de cada cinco a nivel nacional (59%) dicen que nunca la han visto. Esos residentes de New Jersey que miran la serie también son más propensos que el resto del país a manifestar que han visto "muchos episodios" desde hace años (54-30%).

Nueve de cada 10 televidentes de New Jersey (90%) saben que la serie se desarrolla en su propio estado, pero fuera del estado, un poco más de la mitad de los televidentes que miran Los Sopranos (56%) identifican correctamente al Estado Jardín como la guarida de Tony. Ambas cifras han aumentado sustancialmente a partir de 2001 cuando sólo el 63% de los residentes de Jersey sabían que la serie se desarrollaba en su estado, y el 34% a nivel nacional. Los habitantes de los estados del noreste (excepto New Jersey) son mucho más propensos que los televidentes de otras regiones a identificar New Jersey como el hogar de la serie de mafiosos.

Los residentes del Estado Jardín (55%) y los de otros estados (60%) coinciden en que la serie es "sólo una historia", aunque muchos tienen sus dudas: el 29% de los televidentes de Jersey opinan que "están diciendo la verdad", al igual que uno de cada cinco televidentes de otros estados. Otros aún no están seguros si es verdad o ficción (16% en el estado y 20% fuera del estado). En particular, los residentes de la tercera edad de New Jersey son menos propensos que los más jóvenes a admitir que es "sólo una historia". Sólo el 46% de los mayores de 60 dicen que es "sólo una historia". Al mismo tiempo, una mayoría de los liberales (70%) dice que es "sólo una historia", pero sólo la mitad de los moderados (48%) y la mitad de los conservadores ( 49%) coinciden con ellos.

Los televidentes de New Jersey toleran un poco más el fuerte tono de la serie que los de otros estados. Los residentes de Jersey son más propensos a discrepar con las acusaciones de que la serie es sexualmente demasiado explícita, tiene mucha violencia, glorifica el crimen organizado o retrata a los italoamericanos en forma negativa.

No obstante, el profesor William Roberts, presidente del Instituto de Administración Pública de Fairleigh Dickinson y autor de varios libros sobre historia italiana moderna comentó que "Los Sopranos mostraron sin duda algunos de los mejores dotes de la profesión. Sin embargo, la serie ayudó a perpetuar una de las imágenes más problemáticas y estereotípicas de los italoamericanos. Las culturas italianas e italianoamericanas tienen patrimonios mucho más diversos e interesantes que los que, por lo general, percibe el público americano", concluyó.

Encuestas de PublicMind de la Universidad de Fairleigh Dickinson entre 776 votantes elegidos al azar en todo el país y 602 votantes de New Jersey, que se llevaron a cabo en forma simultánea del 29 de mayo al 3 de junio, con un margen de error de +/- 3,5 y +/- 4 puntos porcentuales, respectivamente.


Extended commentary by Professor Gary Radford (Ph.D. Rutgers University) who is editor of The Atlantic  Journal of Communication, professor of communication at Fairleigh Dickinson University, and the author of several books including On the Philosophy of Communication.  Dr. Radford can be reached at 973.267.7996.

The survey reveals a surprising sympathy for the lead character, Tony Soprano. Despite a fully-documented seven-year career of murder, deceit, adultery, and just about every other human vice imaginable (drinking, drugs, gambling), the majority of the survey's respondents say they would like to see Tony emerge from the final episode alive. In fact, all indications suggest that the final episode should be a tragedy of Shakespearian proportions, leaving us with a stage littered with dead bodies, including Tony's and Phil Leotardo, boss of the New York Family, with perhaps a single good-souled narrator trying to salvage some sense or goodness from the carnage.

Tony would seem to be the poster child for the death penalty. Tony's crimes are many, varied, and extreme. He feels and expresses no remorse, even after the murder of family members (such as Christopher and Adrianna) or valued members of his crew (Pussy). Dr. Melphi refuses to see him as a patient anymore, concluding, perhaps, that Tony is using their counseling sessions as a means to practice and sharpen his lying skills. It is difficult to find any redeeming qualities at all in Tony. One might say he is loyal to his family, but his constant unfaithfulness to Carmela and his harsh and unsympathetic treatment of his depressed son A.J. give lie to this potential virtue.

Yet the majority want Tony to live. Perhaps they see a glimmer of goodness in him. Perhaps they identify with his constant struggle to keep his family and his business together in the jungle that is mob life. Perhaps they can see his point of view as he suffocates Christopher or contemplates the assassination of Paulie, his life-long partner-in-crime, on board a fishing boat in Miami. It all makes sense from a certain point of view, and our identification with Tony reveals to us, if only for the hour in which we watch the episode, a world in which the heinous acts carried out on a routine basis have a legitimate place and purpose.

This conclusion is supported by other survey data which show that the majority of respondents do not agree with the criticisms of the show's sexually explicit scenes, graphic violence, or vulgar language. After all, these are normal and expected characteristics of Tony Soprano's world. However, if we consider the fact that a considerable percentage of respondents also believe that The Sopranos is "telling the truth," or are unsure of whether the show is telling the truth or not, then we can also reach the frightening conclusion that some people believe Tony's world to be part of the real world. For these people, as the final episode approaches and Tony's fate is finally revealed, it might be time, like Tony, to go to the mattresses.

Contact: Peter Woolley 973.670.3239 or Dan Cassino 973.896.7072

Dr. William Roberts can be reached at (201) 692-7176.

For more information, please call (973) 443-8661.



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